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Enorgullécete de lo lleno que estás de conocimiento vacío de no-conocimiento.

Baila de satisfacción de que las cosas no se resuelvan.
Feliz de sentirte infeliz.
Sonríe de tan seguro que estás en la incertidumbre total.
Escucha todas las horas que dedicas a tus pensamientos. En la no presencia.
Juega tan rígido como el hierro.
Vacila por lo poco que recibes sin dar…
 

Y quizá una silenciosa presencia te observe.