Las personas que reacciónan con agresividad y violencia son las más vulnerables y cobardes. Tienen miedo. No admiten su propia cobardía. Se enfrentan a los débiles o a las personas más cercanas.
Pero no pueden enfrentarse a muchos aspectos de la vida o a las personas a las que realmente tenían que haberse enfrentado. No pueden enfrentarse a lo más valiente que existe: reconocer su cobardía, tristeza, dolor, frustracción con verdadera paz y humildad.
Reconocerlo tiene unos efectos increíblemente sanadores en el propio campo energético y el del lugar donde habitas. También en tu sistema y en La Tierra.
Reconocer tu cobardía, es de valientes.
Los hombres más cariñosos y respetuosos son los más valientes.
Quienes no reconocen sus miedos, no pueden superarlos. Quienes no pueden soportar ver sus «debilidades» no podrán dejar de críticar las de los demás ni conocer su fuerza real. Quienes no pueden tratar bien a los demás no podrán tratarse bien, tragándose su propio odio. Enfermando su cuerpo con su propio veneno.
Es lo que aprendieron, lo que vieron en los padres. Pero de adultos podemos elegir cómo queremos ser, cómo queremos no ser. Eso es madurar emocionalmente. Crezcamos en esta dirección.
¿Y cómo puede sentirse seguro tu niño dolido? Con un adulto en quien pueda confiar. Un niño no confía en un adulto que se hace daño a sí mismo, que reacciona violentamente. Le da miedo. No le des eso a tu niño. Es justo lo que no necesita para crecer feliz.
Como adultos que somos, no hay excusas. Hay responsabilidad real, la de tus emociones.
Si utilizas el recurso «daño antes de ser dañado», estás en la falsa ilusión de creer que evitas el sufrimiento. Cuando dañas, te dañas. Cuando cierras tu corazón, tu corazón enferma.
El cuerpo energético se deteriora al no haber armonía ni belleza en los corazones. El corazón se enferma al endurecerse tanto. El alma se separa de nosotros al no poder cumplir su función: amar y servir.
Realmente ser valiente es vivir con corazón.
Los hombres que pueden expresar sus miedos, sus sentimientos más vulnerables, son los que van a sentir más paz. Cuando reconocen sus sentimientos como parte de la vida y pueden sentir miedo, frustracción, pena, dolor… se están liberando de su propia cárcel. Pueden ser humanos. Eso les hace fuertes y valerosos. Crece su corazón. Y la gente que realmente les ame, no les harán daño.
Paradójicamente, cuando eres corazón, no hay daño. Nadie puede dañar a un corazón abierto.
Tu corazón te protege.
Para mí, un hombre es valiente cuando es capaz de sentir, de romperse y hablar de su dolor, de su frustracción, de su pena, de su miedo. Y seguir adelante.
Si estás evitando que te dañen, te estás protegiendo. No estás viviendo. Estás en el pasado y tu dolor. Estás encubriendo un miedo. Estás perjudicando tu salud y la expresión total de tu ser tal cual es.
Tu ser siempre va a buscar al corazón quieras o no. Porque es tu salvación.
(Adabuhi)
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